“Una persona que cree en la equidad social, política y económica de los sexos.”
Si eres fan de Beyoncé o pasas tiempo en Tumblr, seguro esta definición del feminismo te parece familiar. Si no, te cuento que fue citada por la autora Chimamanda Ngozi Adichie en su famosa TED Talk “Todos deberíamos ser feministas” y después sampleada por Bey en Flawless.
Es cierto que estos son los requisitos básicos para ser una feminista, pero lo interesante es que con los años ha cambiado mucho lo que este movimiento considera como equidad y cuáles son los métodos para lograrla. A lo largo de más de un siglo, las feministas casi nunca han estado de acuerdo entre ellas. Sin embargo, han logrado una de las revoluciones sociales más exitosas de la historia.
Hagamos memoria…
Para comprender cómo fue posible esto, hay que hacer un repaso a las tres “olas” que conforman la historia del feminismo, pero ahí nos topamos con el primer problema: los periodos temporales de éstas también varían según quien los cite.
Aquí voy a considerar que la primera ola es la centrada en el sufragio; la segunda, en la liberación femenina o women’s lib, y la tercera, en el feminismo más incluyente. Todo esto con un enfoque en la sociedad occidental, lo cual no significa que otras culturas no tengan su propia historia con la lucha por la equidad.
Antecedentes
Por supuesto que las sufragistas no fueron las primeras en pensar que había un problema con la inequidad de género. Desde la Edad Media surgieron mujeres que denunciaron el trato desigual, pero es Mary Wollstonecraft quien, en su famoso texto Vindicación de los derechos de las mujeres (1792) agrega un componente esencial en la lucha feminista: la vindicación. Es decir, más que tan solo exponer sus quejas, Wollstonecraft también demanda los derechos de su género.
Primera ola (finales del siglo XIX a mediados del siglo XX)
La demanda principal en esta etapa del movimiento fue el derecho al sufragio. Es decir, se entendía que la equidad social, política y económica comenzaba con la capacidad de las mujeres de votar y ser votadas.
El conflicto aquí fue que muchas mujeres (las más pobres, las negras y las indígenas, sobre todo) fueron olvidadas por las grandes líderes sufragistas. Por ejemplo, en Estados Unidos, una enmienda constitucional de 1920 otorgó el voto a las mujeres, pero para muchas ciudadanas de raza negra en el sur de Estados Unidos, esta no fue una realidad hasta la década de los sesenta.
En México, en 1916 se realizó el primer congreso feminista (segundo en su tipo en América Latina), que contribuyó a lograr la Ley de Relaciones Familiares, promulgada al año siguiente. En ella se destacan la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, el derecho al divorcio y la apertura de espacios educativos y laborales. Sin embargo, fue hasta 1953 cuando las mexicanas obtuvieron el derecho al voto, que pudieron ejercer en las elecciones de 1955. Es decir, es probable que tu abuelita se acuerde de este momento.
Sus protagonistas: en Estados Unidos, Susan B. Anthony, quien pronto va a aparecer con otras sufragistas en el billete de 10 dólares; en Inglaterra, Emmeline Pankhurst, interpretada por Meryl Streep en la película Sufragistas y en México, la yucateca Elvia Carrillo Puerto, la primera diputada del país (1923).
En la cultura pop: ¿recuerdas que la mamá de los niños que cuidaba Mary Poppins era sufragista? Para muchos, esta señora un poco negligente con sus hijos fue el primer acercamiento con el feminismo.
“Al hombre queremos en lo personal, pero en lo general son poco razonables”, canta la señora Banks.
Segunda ola (entre los 60 y los 80)
Si cuando piensas en una feminista te viene a la mente una hippie que quema su bra en una hoguera y se niega a rasurarse las axilas, estás pensando en activistas de la segunda ola. De esta época es también el famoso eslogan “lo personal es político”, que se refiere a que hay una relación entre las experiencias personales y las estructuras sociales. O sea, a que si hay violencia en tu relación, no es un problema sólo de ustedes dos, sino que forma parte de algo mucho más grande.
Para las feministas de la segunda ola fue importante analizar el papel de los roles de género y el trabajo doméstico en la opresión, además de impulsar la entrada de las mujeres al mundo laboral y político en puestos de liderazgo. Ellas también pusieron énfasis en la liberación sexual, así como en el derecho al aborto, ya que su movimiento coincidió con la comercialización de las pastillas anticonceptivas, que pusieron por primera vez la reproducción en las manos de las mujeres.
Al mismo tiempo, en esta época surgieron teorías feministas que cuestionaban la pornografía y el trabajo sexual, el considerar que devaluaban a las mujeres.
El problema de las principales exponentes de esta ola fue, de nuevo, centrarse en la experiencia de sólo ciertas mujeres (de clase media, blancas, heterosexuales) y olvidar que la opresión se ve diferente en los grupos minoritarios.
Sus protagonistas: Simone de Beauvoir y su libro El segundo sexo, Betty Friedan y su libro Mística de la feminidad; la todavía activa Gloria Steinem; Audre Lorde, poeta y activista, y la escritora mexicana Rosario Castellanos.
En la cultura pop: películas ochenteras como 9 to 5 (1980) y Working Girl (1988) mostraron las dificultades de las mujeres en el mundo laboral. De forma más reciente, Mad Men hizo un gran trabajo para mostrar cómo la revolución sexual y el movimiento por la equidad afectó a amas de casa, mujeres trabajadoras y mujeres de color.
Tercera ola (de los 90 a la actualidad)
El feminismo del nuevo milenio trata de llenar los huecos de las olas anteriores, reconociendo que hay muchas formas de ser mujer. Es por eso que en esta etapa el movimiento se alinea con otros, luchando también contra el racismo, la homofobia, la transfobia y todos los tipos de discriminación.
En Latinoamérica, surgen activistas indígenas que buscan que se reconozcan sus desventajas históricas y su capacidad para trazar su propio futuro. Además, se comienza a pensar en el trabajo doméstico realizado por mujeres en desventaja económica como un tema central.
A pesar de los avances logrados por las etapas anteriores, las feministas todavía se enfrentan a temas básicos como el acceso a servicios de salud y control de la natalidad, el acoso en las calles y en los lugares de trabajo, el slut shaming y, por supuesto, el feminicidio.
Por otro lado, también estamos viviendo un momento en el que cada vez existen más mujeres en puestos de liderazgo políticos y empresariales, algo que se ha considerado un triunfo del movimiento, pero que no necesariamente llevará a mejorar las condiciones de vida de las mujeres en mayor desventaja en el mundo.
Un texto de la doctora Alba Carosio explica con sencillez los dos extremos del feminismo de hoy en día al decir que en uno están quienes quieren que las mujeres tengan paridad en todos los ámbitos sociales, convencidas de que esto traerá justicia social (aquí estarían feministas como la directora ejecutiva de Facebook y autora de Vayamos adelante Sheryl Sandberg) y en el otro tenemos a quienes piensan que es la transformación de las estructuras sociales la que llevaría a una igualdad para las mujeres.
Sus protagonistas: Janet Mock, activista transgénero; el trabajo académico de Paul B. Preciado y Judith Butler y la mexicana Martha Lamas, fundadora de GIRE.
En la cultura pop: este es un gran momento para el feminismo en la cultura pop, gracias a la popularidad de series como Inside Amy Schumer u Orange Is The New Black. Además, claro, de que celebridades como Beyoncé, Emma Watson y Taylor Swift ya no le temen a declararse feministas.
Si quieres conocer más sobre el feminismo de esta época, puedes leer Teoría King Kong, de Virgine Despentes; Bad Feminist, de Roxane Gay; Cómo ser mujer, de Caitlin Moran; Feminismo para principiantes, de Nuria Varela; Feminism is for everybody, de bell hooks; Ensayos impertinentes, de Jean Franco; La maldición de Eva, de Margaret Atwood y Una habitación propia, de Virginia Woolf.
Para acercamiento a temas del momento, recomiendo muchísimo el trabajo de Estefanía Vela, Catalina Ruiz- Navarro y Virginia Lemus. Para humor y feminismo, Malena Pichot, Barbijaputa y Las Reinas Chulas.
Últimamente también han surgido muchos documentales sobre diversas áreas del feminismo. Puedes ver Vessel, sobre el trabajo de la organización Women on Waves para llevar abortos seguros a todo el mundo; The Punk Singer, sobre la cantante Kathleen Hanna y el feminismo en los noventa; She’s Beautiful When She’s Angry, sobre la historia de la liberación femenina en Estados Unidos; Miss Representation, sobre cómo se presenta a las mujeres en los medios de comunicación, o What Happened Miss Simone?, que toca el efecto del sexismo, el racismo y las enfermedades mentales en la carrera de Nina Simone.
Fuente: un Blog hermoso que se llama MALVESTIDA