Carola Rackete: la capitana que rescata migrantesA bordo del Sea Watch 3, es una heroína contemporánea apegada a las leyes del mar.
“Tengo piel blanca, nací en un país rico, tengo un pasaporte. Tuve la oportunidad de estudiar en tres universidades y me gradué a los 23 años de edad. Sentí una obligación moral de ayudar a esas personas que no tuvieron las mismas bases que yo”, dijo Carola Rackete, de 31 años, al diario italiano La Repubblica.
Con una sola decisión, Carola salvó la vida de 42 migrantes en el Mediterráneo en junio de 2019. Ella estudió en la Escuela Marítima de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Jade y obtuvo una maestría en Ciencias del Transporte Náutico y Marítimo en 2011. Durante dos años fungió como oficial navegante en expediciones científicas con el Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina. Y desde 2013 hasta 2016, Rackete fue segunda oficial en busques de Greenpeace.
Sin embargo, el 29 de junio pasó de ser capitana marítima, a enemiga número uno del Viceprimer Ministro de Italia y Ministro del Interior, Matteo Salvini. Tenía la instrucción de alejarse de las costas italianas en un buque con migrantes rescatados, pero ella desobedeció.
Desde 2018, Carolina Rackete funge como capitana del Sea Watch 3, barco con el que ha estado a cargo de operaciones relacionadas con el rescate de migrantes. Entre sus primeras operaciones figura el rescate de 45 cuerpos en el mar tras el naufragio de una nave marítima ese mismo año.
Sea Watch es una organización sin fines de lucro que opera en el Mediterráneo, provee de servicios de rescate en emergencias y presiona a las instituciones europeas para establecer rutas seguras en el mar para los migrantes.
Un día antes de la conmemoración del Día Mundial de los Refugiados, el 19 de junio de 2019, la organización pidió a autoridades europeas de varios países que les permitieran desembarcar el Sea Watch 3 con 42 sobrevivientes a bordo. Nadie respondió al llamado y hubo gobiernos que difundieron cartas para criminalizar a la organización.
En la embarcación había migrantes en estado de deshidratación y había otros tantos que requerían atención médica urgente.
El ultraderechista Matteo Salvini cerró las aguas italianas desde el año 2018 para cualquier bote que trasladara migrantes rescatados al puerto y dijo que “no quería ser cómplice en el negocio de migración ilegal”. Esa fue su forma de abordar la crisis migratoria que enfrenta el continente europeo ante la llegada de decenas de miles de personas buscando refugio en los últimos años.
Hasta ese día Carola Rackete estaba consciente que desembarcar en Lampedusa podía implicar una multa de hasta 50 mil euros y prisión, pero no dudó en hacerlo luego de haber pasado dos semanas varados en aguas internacionales.
Esa madrugada, al tocar tierra no hubo autoridades para frenar el desembarco de los migrantes, pero sí para arrestar a Rackete y ponerla bajo investigación por “ayudar a la migración ilegal” y “entrar ilegalmente a las aguas italianas”.
“Es una clara violación de las leyes internacionales y derechos humanos. ¿Qué sigue, que los médicos sean multados por llevar pacientes al hospital?”, preguntó Philipp Hahn, Director de Misiones en el Sea Watch 3.
“Esto es inhumano, inaceptable y probablemente vaya en contra de cualquier constitución del país al que las autoridades dicen representar. Es una desgracia para las dos palabras ‘Unión Europea’”, denunció Rackete a su llegada en Lampedusa.
Por otro lado, el director de Sea Watch, Johannes Bayer, reconoció públicamente su labor y se dijo orgulloso de ella por hacer lo correcto. “Ella siguió la ley del mar y llevó a las personas a un lugar seguro. En lugar de ella, deberían investigar a Salvini por secuestro y violación de la ley internacional”, declaró Bayer ese día.
Al entrar al puerto el Sea Watch 3, un buque colosal con bandera alemana, destruyó un bote de policía sin oficiales abordo. Según la prensa local, Rickete se disculpó de inmediato con la policía marítima por este perjuicio, pero Salvini lo utilizó como pretexto para decir que casi mataba a sus guardias.
“Misión cumplida. Barco pirata incautado, multa máxima para la ONG extranjera”, tuiteó desde su cuenta Salvini. En un video para redes sociales, el viceministro italiano dijo que la entrada del Sea Watch 3 era un “acto criminal y un acto de guerra”.
“Estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias de mis decisiones, como se espera que haga una capitana. ¿Pero Salvini lo hará?”, cuestionó la capitana.
Si con este arresto, el objetivo de Salvini era restarle fuerza a la lucha de Carola Rackete, logró exactamente lo contrario. Millones de usuarios en las redes sociales exigieron la libertad de la capitana y vitorearon sus hazañas. Así arrancó una campaña internacional para liberar a Carola.
El 2 de julio, Carola Rackete fue puesta en libertad, ya que no había bases para mantenerla bajo arresto. La corte rechazó los cargos contra la capitana marítima al considerar que la decisión que tomó fue la correcta, para poner a salvo la vida de los migrantes. También rectificaron que la prohibición de entrar a Lampedusa es inconstitucional, porque solo aplica para quienes se dedican al tráfico de personas.
Carola Rackete es una de muchas activistas europeas perseguidas por autoridades de ultra derecha por prestar sus servicios a misiones de rescate de migrantes.
Desde principios de junio, la bióloga y capitana Pia Klemp, de 36 años de edad, quien ha rescatado a más de cinco mil migrantes es investigada en libertad por su activismo. En caso de ser detenida, podría enfrentar hasta 20 años de prisión. El gobierno italiano le prohibió acercarse a sus costas, aunque ella podría apelar esta decisión.
Sea Watch no es la única organización que cuenta con varios buques de rescate para migrantes en el Mediterráneo. Existen otros grupos como Salvamento Marítimo Humanitario, Sea-Eye (que tiene un buque llamado como el niño sirio que falleció tras su naufragio en 2015, Alan Kurdi) y Open Arms.
Fuente: gatopardo